Superando la expectativa del mercado, la construcción creció 24.1% en marzo (16.8% en el primer trimestre) y sigue liderando la recuperación del crecimiento del PBI, que se elevó a 8.8%. La tasa de crecimiento de la construcción es la más alta desde diciembre del 2007 (24.6%), lo cual confirma el boom por el que atraviesa este sector, después de haberse recuperado del impacto de la crisis mundial, que se reflejó en la caída que sufrió en el trimestre abril-junio del año pasado.
Tal es el impulso constructor, no solo en Lima sino también en provincias, que después de 23 años el consumo per cápita de cemento en el Perú ha igualado al consumo promedio de los chilenos. El efecto positivo en el empleo también es importante (18% de crecimiento en el trimestre febrero-abril en Lima) y ayuda a entender por qué sorprendentemente cayó la tasa de pobreza (ver pág. 4) en un año de recesión mundial.
Pero no todo es color de rosa. Este boom constructor también trae consigo el encarecimiento de terrenos (que en algunos casos se trafican o adjudican de manera ilegal), materiales de construcción y mano de obra y, por ende, de las viviendas y edificaciones. Lograr que los mercados funcionen lo mejor posible y promover una mayor competencia legal será de ayuda en este aspecto.
De otro lado, existen problemas, cuya solución no ha sido concretada, que pueden poner en riesgo el desarrollo del sector. Impunemente, en muchos casos, se violan las normas urbanísticas, de edificación, de seguridad y de salud ocupacionales, sistema vial, zonificación y medio ambiente. Al lado de ello, y lo más grave quizás, existe una mancha en este sector que, como lo ha denunciado Capeco, son las mafias organizadas que extorsionan a los ejecutores de obras de construcción civil.
Además, si bien en las construcciones formales en el Perú se estarían aplicando las normas antisísmicas, gran parte del boom se explica por la autoconstrucción, sobre la cual la fiscalización es prácticamente nula. El problema se agrava por el hecho de que, por más que haya declaraciones en contrario, los gobiernos locales usan y abusan de su autonomía orgánica para no acatar las normas del gobierno central o regional, o de sus municipios provinciales.
Fuente: Diario Gestión